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Recuerdos del gobierno popular. Por Salvador Misleh

Menuda tarea tratar de rehacer y recordar aquellos gloriosos y a la vez trágicos días del gobierno de la Unidad Popular, del gobierno de Salvador Allende, del gobierno Popular, como de dulce y agraz.

Mis primeros pasos en la incursión política los aprendí a dar el Liceo Nocturno 7 J.A. Ríos de Quinta Normal, trabajaba en una industria textil del sector Macul (Textil Bromac) y estudiaba de noche en aquel Liceo.

Tengo vívidos los recuerdos del 4 de septiembre de 1970 cuando unos compañeros de curso que eran del PC me invitan ese día a participar con ellos en vigilar que no hubieran prácticas de cohecho (común en aquellos tiempos por parte de la reacción) en las cercanías de los lugares de votación de ese sector de Quinta Normal. En la noche cuando ya se vislumbra que el triunfo de Allende era casi seguro, nos trasladamos a la Alameda por instrucciones del comando de la UP como una forma de presión al gobierno de Frei a que entregaran los resultados y celebrar el triunfo popular, efectivamente el ministerio del Interior de aquella época se vio obligado como a la medianoche a reconocer el triunfo de Allende.

De ahí en adelante fue la vorágine de acontecimientos en que el pueblo y especialmente los trabajadores nos tomamos el cielo por asalto. Creo que fue ese mismo año que en la empresa que trabajaba me eligieron presidente del sindicato (antes era director) las directivas anteriores por decirlo suave eran cooptadas por los patrones y empezamos un trabajo para lograr que los trabajadores se concientizaran confiaran y apoyaran la labor del sindicato, ya que nos habíamos propuesto hacer de él un instrumento para mejorar la calidad de vida y trabajo de todos nosotros.

No fue fácil ya que los patrones no estaban acostumbrados a que sus trabajadores rompieran el trato paternalista y feudal que allí había, así que la guerra fue dura muy dura especialmente en mi contra porque además habían lazos de otros tipo conmigo por mi ascendencia Palestina (como la de ellos) Pero las cartas ya estaban echadas y nuestro sindicato logró afianzarse y tuvimos logros huelgas y tomas que nunca allí habían existido.

En paralelo la situación política aumentaba de temperatura, recordar que la derecha y el imperialismo en su intento por impedir la asunción de Allende cometieron tal vez el primer crimen político en el país asesinando al comandante en jefe del Ejército René Schneider Ch., efectuando atentados terroristas, campaña del terror etc. pero a pesar de todo el Parlamento se vio obligado a elegir a Salvador Allende.

Empezamos a vivir la algarabía de la libertad y de sentir que los vientos que soplaban eran de cambio y que podríamos construir un Chile mejor más justo y digno, y eso se tradujo en nuestro sindicato (y en todos Chile) que estábamos empoderados para para hacerlo en la empresa que yo trabajaba.

Podría relatar muchos tal ves miles de cosas hermosas que surgían en todas partes y todos los ámbitos, parecía que vivíamos un sueño la cultura, la música , los encuentros humanos los libros los grandes actos en fin la magia de un pueblo que se sentía liberado de cadenas para construir las utopías.

Pero la en la sombra los buitres acechaban y nos fuimos dando cuenta que también era necesario estar alertas y organizados para que no nos arrebataran nuestros sueños y fue así como nacieron embriones de organizaciones sectoriales para defendernos de los fachos, los patrones y la reacción que empezó a boicotear y confabular contra el gobierno popular, así nacieron los cordones industriales en todo el país para esa defensa.

Nuestro sindicato participaba primero de un organismo denominado Comité Coordinador Macul (Cocoma) que más tarde paso ser el Cordón Macul su funcionamiento estaba en una fábrica de artículos eléctricos de loza (Rema Rittig) empresa que al parecer fue abandonada por sus dueños para boicotear el proceso tomada e intervenida por el gobierno y puesta a producir por sus trabajadores, desde allí organizábamos las guardias a las empresas del sector para impedir que los fachos las tomaran y paralizaran, Nos “armábamos” de palos, y bombas molotov para repelerlos obviamente la tónica y el ambiente era de decisión compañerismo y mucha mística que estaba en consonancia con el ambiente que se vivía en el país y dentro de los trabajadores.

En enero del año 1973 me retiro de la empresa, pero sigo ligado políticamente con el sindicato a través del CUP (Comité de Unidad Popular) de la empresa, obviamente el compromiso era tomarse la empresa en caso de intentona de golpe de Estado y eso corría para todas las empresas en Chile.

Se suponía o se decía (lo decían en la CUT en el PC en PS etc.) que en caso de golpe llegarían las armas para defender al gobierno. El día 11 de septiembre de 1973 partí en la mañana a la empresa a cumplir lo acordado, llegué como a las 15 aproximadamente (hora en que empezaba el toque de queda) y en la empresa no había NADIE, crucé a la empresa que quedaba al frente (Kores intervenida) y allí me quedé esperando las armas y escuchando balazos y rumores varios hasta el jueves 13 en que levantaron el toque de queda por algunas horas, nunca llegó ni una piedra para defender al gobierno y partí con otros compañeros en busca de focos de resistencia que se especulaba que había algunas poblaciones, deambulamos dos días sin encontrar nada. El viernes 14 llegué recién a mi casa con los respectivos sermones de mis padres por el susto que tenía de no saber nada de mí.

En este punto comienza la Resistencia contra la dictadura que duraría muchos años y que por esa tremenda carga de utopías y sueños que nos dejó ese hermoso periodo de nuestras vidas estuvo jalonada de actos de valentía y consecuencia con nuestros caros principios políticos y de vida; capítulo de nuestra historia que debe merecer un análisis aparte.

Al cumplirse 50 años del día fatídico que truncó los sueños de un pueblo quiero dejar este testimonio para que otros puedan comprender mejor parte de nuestra historia.

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