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Región de Valparaíso, defensa y cuidado desde el mar a la cordillera. Por Rodrigo Mundaca

La región de Valparaíso es profundamente diversa, desde las Islas Rapa Nui y Salas y Gómez, pasando por los archipiélagos de Juan Fernández y Desventuradas, el litoral, los valles, los cordones montañosos y la zona cordillerana. Sin embargo, Valparaíso presenta varios desafíos desde el punto de vista ambiental y geográfico, pues es la región con más conflictos socio-ambientales del país, la región que está padeciendo el avance de la desertificación y la segunda región en el país con más población, muy cerca de la región Metropolitana, lo que tiene diversas externalidades negativas si no se planifica el crecimiento y por ende el desarrollo territorial.

El cambio climático afecta a todo el planeta, Chile no es la excepción, tampoco la región de Valparaíso, lo que agrava la disponibilidad de agua, la pérdida de suelos, deforestación, el monocultivo que simplifica el medio natural y destruye la biodiversidad y sus servicios ecológicos, las afectaciones provocadas por la mega-minería, desastres socio-ambientales como los incendios, el crecimiento urbano exponencial o la pérdida de biodiversidad marina, todas y cada una de estas situaciones son reflejo de la realidad regional.

Valparaíso concentra en su territorio situaciones de afectación ambiental que tornan urgente planificar, para proteger y asegurar la vida de las generaciones presentes y futuras. Estamos en un momento crucial, y no hay vuelta atrás. En este sentido es esencial trabajar en la planificación territorial y socio-ambiental de la región para asegurar las condiciones de vida material y espiritual de las generaciones futuras, ordenando el crecimiento urbano, delimitando las inversiones privadas en el radio urbano y rural, lo que implica la actualización, flexibilidad y adecuación a las condiciones objetivas de los diversos instrumentos de planificación como la Estrategia Regional de Desarrollo, los planes de Desarrollo Comunal e Intercomunal y la generación de una asociación regional contra la desertificación.

Hoy es imperativo terminar con la zona de “sacrificio” de Quintero-Puchuncaví, avanzando en el cierre de plantas industriales que no se hagan cargo de sus emisiones contaminantes que hipotecan la vida de las comunidades y destruyen los ecosistemas, del mismo modo es fundamental recuperar los equilibrios bióticos y abióticos de la degradada bahía de Ventanas, la que por décadas ha sido profundamente afectada por la contaminación industrial.

Desde la región de Valparaíso debemos dar una señal inequívoca para avanzar en la descarbonización de la matriz energética y el cuidado de las áreas ecológicas por donde se transporta la energía en la región, protegiendo ecosistemas y comunidades que se ven fuertemente afectadas por este modelo privado y contaminante de la producción y distribución energética.

A partir de lo anterior es que es necesario formular algunas propuestas para superar la situación actual en la Región de Valparaíso:

1.- Cuidado del medioambiente terrestre, costero y marítimo de las Islas y Archipiélagos de la región, resguardando la flora y fauna nativa de la zona.

2.- Desarrollar una política de protección, información y desarrollo de los bienes comunes pesqueros en el mar y en la costa del litoral.

3.- Apoyo a las comunidades costeras, caletas y trabajadores del mar en el desarrollo colaborativo de capacitaciones, tecnología y mercados que potencien la sustentabilidad y cuidado de peces, mariscos y algas de la región.

4.- Resguardo de la flora y fauna nativa de toda la región, dentro y fuera de parques o reservas naturales.

5.- Construir y desarrollar un plan de descontaminación del suelo, el aire y las aguas en cada una de las zonas afectadas por la contaminación, aplicando normas internacionales para cada una de estas áreas.

6.- Trabajo colaborativo en las zonas de reservas naturales públicas y privadas, tanto en el mundo rural como urbano.

7.- Profundización de las políticas de descontaminación urbana, desarrollando la extensión de las áreas verdes y parques comunales.

8.- Gestión integrada de residuos domiciliarios e industriales, potenciando el reciclaje, compostaje y el tratamiento en cada uno de los rellenos sanitarios y vertederos de la región.

9.- Desarrollar una política comunitaria de implementación de bio-digestores y energías renovables locales en cada una de las provincias.

21 de octubre del 2020

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