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Vivir en territorio recuperado. Por Derek Angulo

Rocas, árboles, fuego y mate, el olor característico del humo, una ruka que defender, un territorio que querer. La gente de la ciudad parece no comprender. Para el lafkenche recoger un marisco, frambuesas, maqui o pescar. Representan el Itrofil Mogen, el ecosistema mapuche del cual también ellos son parte.

Dejando atrás las calles de Valdivia, rayadas con la expresión del estallido social, las mascarillas y las filas de supermercado, en la zona costera se encuentra Kuriñamkü, territorio Mapuche - Lafkenche en la actual Región de los Ríos. Tras más de cinco años el Lof Narciso Ñamkü. Mantiene una recuperación territorial ante la empresa forestal Arauco S.A. perteneciente a la familia Angelini.

El territorio que fue loteado tras la llegada de Martin Martinez un topógrafo enviado por la Comisión Radicadora Indígena durante el año 1912, lo que según su mapa llegaba hasta el estero Rahue y estero Pesquero, tras inscripciones de Título de Merced y gratuidad por parte de mapuche del territorio, no concordaría, quitándole a distintos lof, más de 600 hectáreas de tierra

Estas tierras tras pasar de mano en mano en 1985, fueron vendidas en Santiago a Maria Pia Montaner, para luego lotearlo en tres bloques, la cual vendería uno a forestal Valdivia, la cual el 2005 fue absorbida por Forestal Arauco. Además el último año un lote de las hectáreas fue vendido a Emiliano Pino propietario de una empresa inmobiliaria.

El paco y el mapuche

El mate amargo, nostalgia, pero no miedo, “ quieto ay concha tu madre “ responde un niño, “ que andas haciendo mapuche”, “ estás arrestado”, palabras de juegos energéticos, que irrumpen en la ruka, en una casa o en un campo. Eso solo lo deja la costumbre.

En este lof al caer la noche, la vigilia comienza, actualmente la maquinaria inmobiliaria sigue trabajando, a pesar de tener una orden de no trabajo, los peñi no dan abasto a vigilar semejante territorio y además de que la maquinaria es escoltada por Carabineros, siendo evidente una nueva colusión estado - empresa, por el propio hecho de defender lo que ellos reconocen como territorio ancestral.

Tras el frío de la noche, la Machi Fernanda Ñamkü expone “nuestra recuperación está camino hacia las Minas, donde está el sello verde, el parque Oncol perteneciente a la forestal”, agrega que existe vigiancia constante con drones y hostigamiento policial a las personas que defienden el territorio.

Pu peñi pu lagmien apuntan a Cesar Asenjo por incumplir su palabra de que ya no habrían desalojos y de una mesa entre comunidades que nunca llegó a buen puerto. Por otra parte CONADI las cual no ha agudizado los trámites de reconocimiento y compra - venta de tierras. Además de la lentitud de los tribunales para resolver este tipo de casos.

Autonomía como decisión

Mientras en Valdivia se encuentra en cuarentena, el lof se mantiene a la espera de lo que pueda acontecer. La lejanía de la recuperación les permite no vivir el covid, pero también un retroceso, la dificultad de ir a la ciudad y la nula visita a la machi Fernanda Ñanco ponen difícil las cosas para las familias.

La recuperación productiva se hace carne, en el trabajo del día a día, la motosierra suena y un pino cae, es como una indemnización sacada a la fuerza tras tantos años de devastación del territorio. Se espera retirar todos el pino y con esto realizar construcciones de viviendas, huertas, galpones, etc. Así a través de la recuperación territorial y la recuperación productiva lograr una verdadera autonomía.

Pero la represión sigue, el pasado 04 de marzo se realizó un megaoperativo donde la Policía de Investigación allanó distintos lof según ellos en busca de armamento de guerra, armamento de guerra que nunca fue encontrado.

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