Por primera vez desde el regreso a la democracia (en 1984) los brasileños enfrentarán, el 3 de octubre de 2010, una elección presidencial sin Lula. Después de dos períodos presidenciales, es el momento del balance.
¿Se producirá la transformación de Brasil, deseada por un sector de la izquierda?
El 29 de marzo pasado, cuando The Wall Street Journal se interrogaba sobre qué esperan los brasileños de su próximo (o próxima) presidente, cuya elección se realizará en octubre de este año, concluyó muy rápidamente: “¡Qué las cosas no cambien!”. Un deseo que no sorprende del todo. Aunque más no sea a causa del acceso a una alimentación correcta, desde hace algunos años, de la gente que antes no comía hasta satisfacer su hambre.
En septiembre de 2003, durante su primer año en el poder, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva había asegurado: “Desde ahora hasta el final de mi mandato ningún brasileño sufrirá hambre”. Esas circunstancias son propicias para las promesas exaltadas. Sin embargo, los progresos fueron considerables...
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