La feroz represión que ha desatado el régimen de Libia en las últimas semanas está provocando cientos de muertes. Gadafi pierde apoyo, numerosos funcionarios han abandonado el gobierno y los líderes tribales, histórica arma de dominación en el territorio, hoy apoyan al pueblo.
Durante la tarde del martes 15 de febrero pasado, ciudadanos de Bengazi, la segunda ciudad de Libia, se reunieron para exigir la liberación de Fethi Tarbel. Este abogado, representante de familias de presos muertos en 1996 en un fusilamiento en la prisión de Abu Salim, en Trípoli, había sido detenido oficialmente “por difundir un rumor según el cual la prisión estaba en llamas”. Su liberación no calmó las aguas y el 17 de febrero comenzaron a circular llamados a un “día de furia”. El día previsto, y siguiendo el ejemplo de lo que estaba ocurriendo en otros países del mundo árabe, miles de manifestantes salieron a la calle...
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