Como decía la canción de Serrat “Harto de estar harto ya me cansé…”. Y el 15 de mayo, un sábado en la tarde, sin grandes avisos, sin campañas de prensa, sin más recursos que las ganas y las redes sociales estalló en la Puerta del Sol de Madrid, junto al oso y el madroño, la rebelión de los indignados. La de los “precarios” que sólo viven boleteando, los que en sus años de vida laboral no han conocido un solo contrato estable. Y la de los que ni siquiera boletean, y están desocupados desde que hace tres años la crisis financiera hizo añicos la burbuja inmobiliaria de la que vivió media España, mientras la otra mitad se sentaba a mirar el espectáculo. La rebelión de los que saben que son carne de políticos y banqueros que especulan con su suerte. La rebelión de una generación de jóvenes que entiende que será la primera, desde el fin de la guerra civil, que vivirá peor que la generación de sus padres...
Texto completo en la edición impresa del mes de junio 2011
en venta en quioscos y en versión digital
E-mail: edicion.chile@lemondediplomatique.cl
Adquiera los periódicos y libros digitales en:
www.editorialauncreemos.cl