El cobre es chileno

La impericia ya comprobada del gobierno chileno abrió espacio para una jugada de la transnacional propietaria de las minas El Bronce y El Soldado, que dejó a la estatal Codelco en una posición de debilidad. Pero el conflicto es una oportunidad para que Chile entre de lleno en el debate sobre la propiedad de sus recursos naturales, la mayoría en poder de capitales privados, y los impuestos que las compañías deben pagar por su explotación.

Más allá de los resultados que salgan del laberinto judicial al que entrará el conflicto de la estatal chilena Codelco con la corporación transnacional Anglo American Sur, al menos dos asuntos irrumpirán con fuerza impensada en los próximos meses: el debate sobre la renacionalización del cobre o al menos que las grandes mineras, en su mayoría controladas por capitales privados, paguen impuestos proporcionales a las gigantes utilidades que se embolsan. Ello, al margen de la necesidad evidente de revisar el sistema de concesiones mineras.

La contumaz impericia de la derecha en el gobierno abrió espacio para que Anglo American Sur, constituida por capitales ingleses, australianos y surafricanos, optara por transferir parte de sus activos (el 24,5%) de las minas Los Bronces y El Soldado a la también transnacional japonesa Mitsubishi por casi 5.400 millones de dólares, frustrando de paso la aspiración de Codelco por adquirir el 49% de la propiedad, como establecen los contratos de concesión. Los Bronces y El Soldado produjeron el año pasado 261.000 toneladas de cobre.