En Boedo, Buenos Aires, converso con Carlos Bosch, fotógrafo argentino que ha transitado las últimas cuatro décadas desarrollando su comprometida obra, internacionalmente reconocida. Cofundador del mítico diario Noticias y de la edición catalana de El País, entre otros, trabajó durante los primeros años del’70 en las revistas de la histórica editorial Abril. Ese período lo cambió para siempre.
Detrás de una crispada barba blanca se esconde su rostro. La montura de sus lentes está ajustada sobre su nariz con algún tipo de masilla que él mismo ha modelado para dejar el foco del cristal en el lugar preciso. Hace casi cincuenta años que Bosch vive de su mirada. Habla con cálido acento argentino mestizado por su prolongado exilio en Barcelona.
“Para nosotros Chile era lo mismo que para los catalanes Francia. O sea, donde se iba a comprar las revistas, los libros que aquí estaban prohibidos, donde se veían películas. La gente que viajaba a Chile, viajaba a la libertad en aquella época. Yo siempre decía –pero si ustedes nunca tuvieron un golpe de Estado... ¡putas, qué diferencia!, ¡ustedes están acostumbrados a la democracia-. Y cuando llegó Allende, ya era completamente eso. Chile era un ejemplo. La victoria de Allende para el ámbito progresista en Argentina fue la hostia, ¿viste?”.
Carlos y Mempo Giardinelli, escritor y periodista exiliado después en México, fueron enviados por la editorial en septiembre del ’70 a hacer una breve entrevista y un par de fotos a Allende recién electo Presidente.
“La imagen que me dio a mi fue de un tipo sencillo, te quedás en pelotas con el tipo, porque vos tenés un milico aquí que es un pedante de mierda, vos sabés cómo es la historia… Allende era un tipo que podría ser tu viejo. Ojalá hubiera sido mi viejo. La segunda vez fue un caos porque el director de Semana Gráfica se niega a mandarnos a la asunción, en noviembre, porque el tipo no era de izquierdas. Y nos miramos con Mempo y dijimos: ¡nos vamos a Ezeiza! Había un avión oficial que venía de París con los cubanos, donde venían Cortázar, Guillén... pero está lleno y no nos dejan subir”.
Bosch cuenta que tras su insistencia, consiguen un pasaje gratis en el siguiente vuelo. Con tres Nikon y diez rollos de negativo, llegan a escuchar el traspaso de mando en un taxi y en La Moneda corren hasta el patio de los Naranjos, donde aparece Allende desde una escalera. Carlos le gana la vez a los demás reporteros y camina hacia atrás fotografiando al Chicho que viene hacia él. Ahí saca una de las fotos que sobreviven en la tira de contactos, los negativos fueron incautados por la dictadura de Videla.
“Me quedo esperando hasta que baja y click-clack, yo retrocedo, retrocedo, me caigo sobre el jardín de flores y le saco la foto esa... Allende me dice: -Compañero, no me pise los pensamientos, que están recién puestos-.” (Ríe a carcajadas). “¡Los edecanes me ayuda a levantarme! Después de un rato, en el despacho presidencial le dije -muchas gracias, no se imagina lo que le agradezco porque para mí esto es muy especial: un argentino que trae a la democracia- y se rió. Yo estaba lejano a lo que era la militancia, era un simpatizante de todo pero no militaba. Y me acuerdo mi despiste a nivel político, porque Mempo tenía una formación política del carajo, revolucionaria, guevarista. Entonces, gracias a él con esa formación, pude disfrutar de reuniones donde pasaban cosas que me entusiasmaban”.
Creo que ese fue un momento muy importante para mi, para decirme -Macho, tenés que decidirte, tenés que meterte en algo-. Yo creo que ahí me convertí en un tipo de izquierdas. Y al regreso fue donde yo vi al Cura Mugica (2), lo busqué, me fui a la Villa, hice los afiches a favor de la vacunación contra la Polio... Y después el cura me dijo -vos tenés que hacer algo, vos andate a verlo a Bonasso y andá a trabajar al diario-”.
Se refiere a Miguel Bonasso, periodista y escritor argentino, que en esa época dirigió el diario Noticias (noviembre 1973 – agosto 1974), vinculado al movimiento guerrillero Montoneros. Ese mismo año asume la presidencia argentina Héctor Cámpora, El Tío, en un clima de euforia y polarización que desembocó en la llamada Masacre de Ezeiza al regreso del General Perón en junio, donde el ala reaccionaria del peronismo enfrenta a balazos a la izquierda del mismo movimiento. El 25 de mayo, durante la ceremonia de asunción de Cámpora, Allende y el presidente cubano Dorticós son sacados con escolta por una amenaza de atentado en su contra.
“Para entonces ya lo tenía claro. Lo de la asunción de Cámpora lo hice por mi cuenta, nadie me mandó. Yo trabajaba en la misma editorial, pero ese día no tenía que cubrir nada y el material lo podía vender por agencia en Francia, para que se viera. Hice un material de putísima madre. Y cuando sale Allende le grito -¡Compañero Chicho!- entonces el tipo me ve y se despide, se mete en el auto y se va. Esa era la ebullición que había: la recuperación de la democracia, tener al Tío ahí. Imagináte verlo a Dorticós, el presidente cubano, y Allende... Estaban ahí como compañeros. Era otro peronismo el que asumía.
Pero la conciencia total de que todo se terminaba la tuve el día de Ezeiza. Fue la hostia darse cuenta que los que estaban en el poder en ese momento eran de ultraderecha. Se había acabado el sueño y luego vino la debacle total, cuando me llaman a mi para ir a Noticias era la debacle total. Fue una etapa de mi vida que, ahora que lo analizo, me cambió la posición frente a la fotografía inclusive”.
1. La editorial publica en los años ’70 las revistas de actualidad “Semana gráfica” “7 días ilustrados” y “Panorama” que son cantera de importantes periodistas y escritores.
2. Carlos Mugica, sacerdote y profesor argentino vinculado al Movimiento de Sacerdotes del Tercer mundo, trabajó fundamentalmente en la Villa 31, en el barrio de Retiro y fue asesinado a balazos en 1974 por la Triple A.
*Cineasta
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