Los sectores conservadores de Chile, potenciados por la poderosa maquinaria de sus medios de comunicación han intentado encapsular algunos debates legislativos con enfoque de derechos humanos al rincón de lo que llaman “temas valóricos”, y con ello reducir la intensidad y densidad de la discusión ciudadana. Así sucedió, por ejemplo, cuando se discutieron leyes como la del divorcio, el aborto, la identidad de género. La eutanasia, el buen morir, está entre esos asuntos de los que apenas se habla. Nelson Ávila, como senador, presentó el 5 de octubre de 2004 el primer proyecto de ley sobre eutanasia.
Eutanasia es una palabra de origen griego que significa “buena muerte”. Es, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua, el acortamiento voluntario de la vida de quien padece una enfermedad incurable, para poner fin a sus sufrimientos. Desde siempre ha sido un tema controvertido. Y sigue siendo materia de debate su puesta en práctica, pues aun existiendo condenas de inspiración religiosa y ética, pesa mucho la cantidad de enfermos terminales que claman por poner fin a sus largas y penosas agonías, sin retorno...
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