En 1987, David Musto explicaba los orígenes del asunto de las drogas en los Estados Unidos a inicios del siglo pasado, así: “En términos generales, se veían a estas drogas como sustancias asociadas con los extranjeros o con las minorías foráneas. La cocaína creaba el espectro del negro salvaje, el opio recordaba a los chinos taimados, la morfina se relacionaba con los vagabundos de los barrios bajos”… “En áreas de concentración de inmigrantes mexicanos, que tendía a utilizar marihuana como droga de entretenimiento o de relajación, el temor a la marihuana era intenso”.
El control de drogas ha sido y es un instrumento de vigilancia y dominación de “poblaciones excedentarias” o conflictivas; aquí sabemos que en el consumo de cualquier droga los usuarios predominantes son jóvenes menores de 25 años -el 34% de los usuarios de cannabis tenía entre 19 y 25 años-, no obstante el conjunto de los y las jóvenes que consumen alcohol son un 50% mayor a aquellos que consumen cannabis. Entre los años 1994 y 2016 los consumos más altos de clorhidrato (HCL) y pasta base de cocaína (PBC) se mantuvieron entre la población de 19 a 25 años, pero solamente entre los 0,4% y 1,8% para PBC, entre 1,3% y 4,0% para HCL...
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