El Covid-19, además de generar crisis de salud en la población, ha producido daños colaterales que han demostrado con fuerza la profunda desigualdad social, política y económica que vive Chile. Esta crisis sumada a la crisis que explotó el 18-O, dan cuenta que han existido por bastante tiempo políticas públicas fallidas que no han logrado resolver problemas tanto sociales como públicos.
Lo anterior no es menor, ya que las políticas públicas son acciones concretas para resolver problemáticas, por lo tanto, se entiende que las políticas (policy) son decisiones políticas (politics) y que están cargadas de intereses, interacciones y coordinaciones tanto entre el Estado, un gobierno, funcionaria/os, sociedad civil, organizaciones, actores y actrices del mercado, entre otra/os. March y Olsen (1983) presentaron una tesis llamada la “lógica de lo adecuado” que indica que actores y actrices que interactúan, no necesariamente van a compartir los mismos valores, es decir, que cada una/o no tiene la misma noción de qué es lo mejor. Por lo tanto, esta lógica está dictada por instituciones informales que son una variable explicativa del resultado de una política pública. Con todo, su aporte permite observar por qué ciertas decisiones son racionales para una/os y no para otra/os, como, por ejemplo, por qué nos parece irracional el estilo de implementación de políticas que asumió el gobierno de Sebastián Piñera.
Sin tregua
Existen críticas transversales respecto a cómo el exministro Jaime Mañalich, enfrentó la crisis sanitaria. De hecho, está en investigación judicial la posible manipulación de información, que de ser confirmada por la instancia demostraría cómo las decisiones políticas producen fallas en la implementación de una política. Lo cual tuvo como consecuencia, que el virus avanzara sin piedad en Chile, dejando a la fecha más de 18.000 muertos, muchos de los cuales se podrían haber evitado con correcta trazabilidad de los casos.
El gobierno tampoco quiso recibir las sugerencias del mundo social, académico y político (como la oposición), es decir, su estilo de implementación no fue participativo sino más bien vertical, abandonando cualquier recomendación de que la gobernanza (incluir a actores y actrices no estatales en el proceso de toma de decisiones) es importante para el éxito o fracaso de una política pública, como también es necesaria la transparencia, el acceso a información pública y la rendición de cuenta. Las seguidas decisiones políticas erróneas por parte del gobierno de Piñera, nos tiene arriba de una montaña rusa donde nuestra salud está expuesta, pero también, estamos a merced de un modelo económico fracasado y a una crisis ambiental que avanza a pesar de la invasión del Covid-19. No tenemos tregua y tampoco tiempo para seguir fracasando en materia de políticas públicas.
Pero para no ver todo en la oscuridad, existe una luz al final del camino si es que se tiene la voluntad política para cambiar el rumbo de Chile y se avance hacia una propuesta de recuperación verde para enfrentar la crisis económica, social, sanitaria y climática en la que estamos inmersos. Para lograrlo, se podrían considerar las siguientes propuestas, comenzando desde una visión macro de la economía desde una (…)
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