El 12 de noviembre de 1993, el kick-boxeador y karateka full contact holandés Gerard Gordeau entra en la jaula octogonal instalada en el McNichols Sports Arena de Denver (Colorado), para un “combate UFC” contra el sumotori hawaiano Teila Tuli. Desde el inicio del enfrentamiento, Tuli, que pesa casi 80 kilos más que su adversario, se abalanza sobre Gordeau. Gordeau retrocede, evita el ataque, para luego tirar a su adversario hacia él, aprovechando el impulso. Tuli vacila y cae sentado sobre el tapete. Mira hacia arriba, algo desconcertado. Rápidamente, Gordeau le patea la cara con el arco del pie. Un diente vuela a través de la reja de la jaula, perdiéndose entre los espectadores. Brotan hilos de sangre sobre el mentón de Tuli. Inesperadamente, y contra la regla que dispone que no existe “ninguna regla”, el árbitro detiene el combate. Habrá durado 26 segundos.
El “combate UFC” llegó a su fin. Ochenta mil hogares norteamericanos lo presenciaron gracias a sus canales pay-per-view (pago por emisión). Más tarde, asistirán a otro triunfo de Gordeau, pese a una mano rota y una herida en el pie y luego, a su derrota en la final contra el jiu-jitsuka brasileño Royce Gracie, quien recibirá 50.000 dólares de premio por su victoria en el primer torneo UFC (Ultimate Fighting Championship)...
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