Afines de la década de 1980, la convergencia de los adelantos en física nuclear e informática permitió el surgimiento de la Imagen por Resonancia Magnética funcional (IRMf) y el espectacular desarrollo de las neurociencias cognitivas, es decir, el estudio de los mecanismos neurobiológicos de la cognición y de sus alteraciones, entendiéndose aquí el término cognición como cuasi sinónimo de pensamiento. Desde entonces, se publican entre cinco y ocho artículos por día referidos a la IRMf en las revistas científicas internacionales. Algunos autores que cuentan con importantes contactos mediáticos dan a entender que la imagenología cerebral podría permitir leer nuestros pensamientos, adivinar nuestras preferencias políticas, predecir nuestras competencias sociales y develar nuestra personalidad.
Cerca de tres siglos después de que el célebre anatomista renacentista Andreas Vesalio situara la mente en el cerebro, Franz Joseph Gall (1758-1828) propuso descomponerla en facultades localizadas en regiones cerebrales específicas. Esta doctrina, la frenología, se propagó por Europa y Estados Unidos a lo largo del siglo XIX. Tuvo un rol determinante en la psicotecnia, la ciencia de la aplicación práctica de la psicología, en los comienzos de la criminología y de la policía científica. Así, Cesare Lombroso (1835-1909), fundador de la escuela italiana de criminología, defenderá su tesis del “criminal nato” (1876) y Alphonse Bertillon (1853-1914) inventará la antropometría judicial...
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