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Pandemia y desigualdad de género

Mujeres en alto riesgo

La crisis sanitaria, económica y social generada por el Coronavirus está impactando con mayor dureza sobre niñas y mujeres. La feminización de los empleos del área de la salud, el precarizado trabajo de cuidados y el agravamiento de la violencia de género son algunos de los ejes que vertebran una desigualdad que hoy se agudiza.

Era 8 de marzo, el calor de Santiago no daba tregua y nuestros cuerpos pintados gritaban lo que durante siglos hemos callado. Nuevamente volvíamos a hacer historia. Millones de mujeres nos manifestábamos a lo largo y ancho del planeta levantando consignas en contra de la violencia y de la precarización de nuestras vidas. Las mujeres chilenas se tomaban la Alameda y también algunas portadas de diarios extranjeros, poco después de haber liderado un movimiento mundial que apuntaba directamente al patriarcado institucional instalado sentenciando “el violador eres tú”.

Aunque aquellas jornadas se prestaron para que algunas voces oportunistas condenaran al movimiento feminista como culpable de la expansión de la epidemia, hoy más que nunca se puede afirmar la validez de nuestras consignas y la necesidad de que sigamos alzando la voz. Y es que, cinco meses después del inicio de la pandemia, se han ido desnudando y cuestionando los postulados del sistema neoliberal y patriarcal al que se someten nuestras vidas y nuestros cuerpos.

La crisis del coronavirus está transparentando la manera en que nos organizamos como sociedad a la vez que agrava las tensiones preexistentes: dentro de este modelo que se sustenta sobre la base de la desigualdad, las mujeres trabajadoras somos las que salimos peor paradas en la epidemia del Covid-19. Y ello ocurre no tanto por la vía del contagio del virus en sí mismo, sino por la propia agudización de la precarización y de la violencia de género estructural que históricamente enfrentamos.

Empleos feminizados y precarios
En primer lugar debemos considerar que la alta feminización de los empleos relacionados con la crisis sanitaria hace que las mujeres sean más proclives a sufrir las consecuencias de la epidemia. Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, las mujeres representan el 67% del total de los trabajadores de la salud en el mundo, trabajo por el que, por cierto, cobran en promedio un 28% menos que los hombres, aunque aportan anualmente a la economía mundial 3 mil millones de dólares, la mitad de ello en forma de trabajo no remunerado.

En un continente en el que casi el 90% de las labores de enfermería es realizado por mujeres, se puede afirmar que son ellas quienes están combatiendo en la primera línea contra el coronavirus. Son las enfermeras y auxiliares las que, al estar más tiempo con los pacientes, desarrollando labores de cuidados, recogiendo muestras o análisis de sangre, se exponen en mayor medida que los propios médicos. (...)

Artículo completo: 1 517 palabras.

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Clara González

Abogada y periodista.

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