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Combates por la información en Argelia, Marruecos y Túnez

Periodistas bajo presión en el Magreb

Blanco de las autoridades argelinas y marroquíes, que no dudan en instrumentalizar la justicia para acallarlos, los periodistas están en primera fila de la lucha por la democratización de sus países. En Túnez, a pesar de la revolución de enero de 2011 y el fin de la censura instaurada por el antiguo régimen, el paisaje mediático lucha por estructurarse y sigue sometido a las presiones de los actores políticos.

Desde Argel, la voz es calma, el tono resuelto. Del otro lado de la línea, Khaled Drareni, director del sitio Casbah Tribune, impresiona por su serenidad. Condenado en apelación, en septiembre de 2020, a dos años de cárcel firme por “socavar la unidad nacional” e “incitación a manifestaciones no armadas”, liberado el 19 de febrero de 2021 luego de once meses en la cárcel de Kolea, este periodista que es también colaborador de TV5 Monde se convirtió en el curso de un año en el símbolo de la lucha por las libertades públicas en su país y más allá. A fines de marzo, la Corte Suprema anuló su condena y pidió la organización de un nuevo juicio. El tercero para Drareni a quien el regimen no perdona su cobertura intensiva del movimiento popular Hirak, que sacude Argelia desde el 16 de febrero de 2019.

Desde su salida de la cárcel, el joven periodista volvió a aquellas manifestaciones que, interrumpidas por la pandemia de Covid-19 en marzo de 2020, regresaron con la primavera boreal de 2021. Las reivindicaciones siguen siendo las mismas: un Estado civil, no militar, una justicia independiente y elecciones libres. Pero el clima ya no es el mismo que al principio del movimiento. Argelia atraviesa incluso “uno de los peores momentos de su historia” en materia de libertad de prensa, afirma Drareni: “entre colegas, nos decíamos a menudo: ‘el declive de la prensa comenzó con Abdelaziz Buteflika en 1999’. Pero hoy la situación se agrava. Said Budur, Sofia Marrakchi, Mustafá Bendjama... Ya no llevamos la cuenta de los periodistas perseguidos y encarcelados por el poder sólo por hacer su trabajo”.

El poder quiere asustar
Ante las elecciones legislativas anticipadas, programadas para el 12 de junio de 2021 por el presidente Abdelmajid Tebboune, periodistas y manifestantes son regularmente tomados como blanco por las fuerzas del orden (1). El mensaje es claro: “El poder argelino no quiere cambios ni una prensa libre –traduce Lounes Guemache, co-fundador del sitio Tout sur l’Algérie (TSA, Todo sobre Argelia), que también cubre al movimiento Hirak desde sus comienzos–. Quiere medios que cuenten lo mismo que él. Para él, existe hoy por hoy, una ‘nueva Argelia’ en la cual todo funciona bien, pero es falso. El dinar perdió un 17% de su valor en 2020; sufrimos una grave crisis económica y social. El trabajo de los periodistas nunca fue tan difícil, al menos desde el final del partido único, en 1989. Incluso durante ‘la década negra’ del terrorismo [1992-2000], podían debatir y criticar a las autoridades. El poder quiere asustar a la gente para dar vuelta la página del Hirak. Pero no lo logra”.

Y cuando la información dada no le place, el regimen aplica la censura. Varios sitios, como Inter-lignes o el recientemente creado Twala son entonces temporalmente suspendidos. En cuanto a TSA es inaccesible para los internautas argelinos desde junio de 2019. En ese entonces, el poder intentó instaurar un “contra-Hirak”. La censura no perdonó a este diario en línea que, con 25 millones de visitas mensuales, se proclama como el primer medio de Argelia. Ya apuntado en 2017, TSA fue prohibido de facto, sin ninguna explicación ni que se sepa de donde provino la orden. No se hizo pública ninguna decisión judicial. El mismo gobierno niega toda responsabilidad. La dirección del sitio no fue convocada por ninguna autoridad. “Tenemos la impresión de que alguien se esconde en las sombras, que está dotado de superpoderes y que puede prohibir lo que le parezca –lanza Guemache, que denuncia este acto arbitrario–. Volvemos al esquema anterior al Hirak, cuando se podían tomar decisiones que concernían a los medios fuera de todo marco legal”.

Adoptada por referendo en noviembre de 2020, la nueva Constitución argelina afirma que ningún sitio puede ser suspendido sin una decisión judicial. Sin embargo, en abril de 2021, TSA, Casbah Tribune y otros sitios seguían siendo inaccesibles. En su último informe sobre la situación de los derechos humanos en el mundo (2), Amnistía Internacional llama al gobierno argelino a dejar a los periodistas hacer su trabajo con total independencia, sin amenazas ni intimidaciones, y le pide levantar todas las prohibiciones sobre los sitios de Internet. Mientras tanto, cada noche, el equipo de TSA publica en las redes sociales un mensaje incitando a sus lectores a usar una red virtual privada (VPN). Y continúa cubriendo la (...)

Artículo completo: 2 466 palabras.

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Pierre Puchot

Periodista.

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