En la literatura, a menudo se hace referencia a la innovación social y su enfoque inherente en abordar las necesidades sociales, como una respuesta a los problemas “complejos” de las sociedades actuales. Por tanto, la preocupación por la innovación social también es relevante para el sector público, tanto como algo que ocurre fuera del sector, como también como algo que puede integrarse en las organizaciones del sector público. En teoría, esto se ha conceptualizado como ‘redes de innovación de servicios públicos para la innovación social’.
Estas redes de innovación son acuerdos de colaboración entre múltiples agentes que movilizan a un número variable de entes públicos y privados, en particular ciudadanos, para coproducir innovaciones sociales en respuesta a problemas complejos con enfoque territorial (Desmarchelier, Djellal y Gallouj 2020).
Existen dos corrientes principales de pensamiento sobre la innovación social, que según Moulaert y MacCallum (2019) difieren principalmente en cuanto a cómo se presenta el papel transformador de la innovación social y, en consecuencia, cómo se posiciona la innovación social en el contexto político-económico actual. Ellos etiquetan estas corrientes de investigación sobre innovación social, como la corriente “práctica” y la corriente “crítica”, respectivamente. El primero tiene sus raíces en las teorías de emprendimiento y negocios mencionados e insta a encontrar nuevas y mejores soluciones para abordar las necesidades sociales. Se basa en una ideología de mercado que ve los problemas sociales como algo que evita que las personas participen en la economía de mercado y, por lo tanto, se centra en “lo que funciona”, con la difusión del conocimiento y la ampliación como parámetros de éxito. La perspectiva implica que la innovación social es algo que se puede gestionar, y esta comprensión ha tenido una gran influencia en el enfoque de la innovación social en el sector privado, público y del tercer sector. El marco de las redes de innovación de servicios públicos para la innovación social, tiene sus raíces en la tradición emancipadora que considera que los problemas sociales y las soluciones a estos están intrínsecamente vinculados a las estructuras e instituciones socioeconómicas. Por lo tanto, la innovación social no se trata únicamente de resolver problemas, sino de impulsar enfoques de desarrollo contra hegemónicos basados en la solidaridad. En consecuencia, los parámetros de éxito se convierten (…)
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