Después de dos años de estar suspendido por la pandemia, regresó en gloria y majestad el Festival de la Canción de Viña del Mar y abrió el espacio para el debate sobre su naturaleza, sus alcances y futuro. ¿En qué medida estamos aprovechando este espacio para fortalecer la identidad del país, proyectar su imagen hacia el mundo y activar el desarrollo de las fuerzas productivas culturales?
El debate resulta oportuno porque, simultáneamente, Chile sufría el incendio de 430.000 hectáreas, buena parte de las cuales están cubiertas por plantaciones de pinos y eucaliptos. Muchos especialistas coinciden en señalar que existe un vínculo entre el monocultivo de esas especies y la magnitud de los incendios, lo cual ha generado otro gran debate, que seguramente se profundizará después de la emergencia.
Esos incendios muestran los límites del actual modelo de desarrollo económico nacional centrado en la explotación de los recursos naturales. Para superar ese paradigma se requiere diseñar otro, capaz de mantener sus ventajas (puestos de trabajo, rentabilidad económica, capacidad de exportación), y superar sus desventajas (monocultivo, tendencia a incrementar los incendios, pérdida de calidad del paisaje). De allí la necesidad de pensar modelos alternativos que en vez de insistir con la explotación de los recursos naturales, permitan desarrollar los recursos culturales.
En este contexto apareció el Festival de Viña como escenario perfecto para el análisis.
Los organizadores alegan que este evento tiene múltiples efectos positivos: promueve al turismo, a la vez que visibiliza el nombre de Chile en el mundo, particularmente a través de las señales internacionales que re-transmiten este festival hacia otros países. Sin embargo, estos resultados parecen un tanto pobres y desproporcionados para la magnitud de popularidad que ha alcanzado el festival después de tantos años de tradición.
Sobre todo porque es muy poco lo que el Festival muestra de Chile, más allá del nombre como sede de la organización. El corazón de la parrilla, en sus horarios centrales, está reservado para números internacionales de la cultura de masas, los mismos que se distribuyen a través de las industrias culturales del espectáculo, en los escenarios de otros países. El mismo programa que estuvo en Viña, estará mañana en Miami, (…)
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