Carlos XII de Suecia al asalto de Rusia

Invadir la tierra de los zares y hacerse con el control de Moscú pasando por Ucrania fue el plan del soberano sueco a principios del siglo XVIII. Durante mucho tiempo, se percibió como un error estratégico, pero posteriormente los especialistas se mostraron de acuerdo en la pertinencia de semejante maniobra. Sin embargo, al igual que les sucedió a otros atacantes que llegaron después, terminó derrotado.

En el siglo XIX, el geógrafo Conrad Malte- Brun, productivo e inventivo, escribía con regularidad sus crónicas en el Journal de l’Empire. El 7 de enero de 1807 daba cuenta de la Guide des voyageurs en Europe, que acababa de publicarse en París, en una traducción editada por el “librero y geógrafo” Hyacinthe Langlois, establecido en la rue de Seine (1). Su autor era el alemán Heinrich August Ottokar Reichard. Desde 1784, se había especializado en “guías de viaje”, nuevo género de moda del que fue pionero, antes de ser imitado y plagiado, entre otros, por el librero parisino Audin bajo el seudónimo de Jean-Baptiste Richard, “ingeniero geógrafo, empleado de correos”, quien publicaría en 1828-1829 una Guide classique du voyageur en Europe en dos volúmenes.

Cómo conquistar

Malte-Brun admira las descripciones y comentarios de Reichard. Con razón, ya que sus libros, adaptados de diversas maneras, han seguido publicándose hasta nuestros días. De la Guide des voyageurs en Europe, Malte-Brun destaca especialmente las páginas sobre Rusia. ¿Cómo pensar, se pregunta, que semejante país pueda ser conquistado por un Estado extranjero? En 1708-1709, el rey de Suecia Carlos XII, por entonces uno de los soberanos más poderosos de Europa, lo intentó frente a Pedro el Grande. Durante el invierno de 1709, su ejército quedó debilitado por un frío terrible. Agotado, terminó aplastado en Poltava, en el centro de Ucrania, el 8 de julio de 1709.

“Carlos XII esperaba asestar al zar un golpe que habría fortalecido para siempre la libertad del Norte”, señala (...)