Plan Calles sin Violencia: tan cerca, tan lejos

La Administración Boric, en voz de su Subsecretario del Interior, ha reconocido que “Chile está en una crisis de seguridad”, que según otros actores es la mayor de nuestra historia. Según los resultados de la encuesta Barómetro Ciudadano Municipal de abril del 2023, el 81,2% de los encuestados considera que el gobierno central no tiene la capacidad de garantizar a la ciudadanía una vida libre de violencia. Además, en el Estudio Post Elecciones Consejeros Constituyentes de mayo del 2023, publicado por Black & White, el 62% de los encuestados desaprueba la forma en que el actual gobierno está enfrentando la delincuencia.

Aunque una política pública cuyo foco sea la seguridad pública y ciudadana se integra de cuatro pilares esenciales –la prevención social, el sistema legal, la acción conjunta de tribunales y policías, y la política carcelaria–, todo ello en el contexto de un sistema económico social que genere oportunidades; las actuales autoridades, contrariando su tradicional discurso sobre el tema, han decidido impulsar el programa “Calles sin violencia”, cuyo eje es la actuación de las policías, tanto en la acción de control, como en la prevención situacional.

El programa se enfoca parcialmente en uno de los componentes de una política de seguridad pública y ciudadana. Consiste esencialmente en aportar US$1.500 millones adicionales para financiar más personal, más patrullajes y más equipamiento. Por el lado de prevención situacional, el plan consiste en más cámaras, y más y mejores luces en los espacios públicos. El programa se implementará de manera focalizada en las comunas que concentran el 50% de los delitos violentos.

El ejercicio del poder, las crisis y la necesidad de dar respuesta a los ciudadanos, recurrentemente, hace que los discursos cambien. El programa “Calles sin violencia” da cuenta de un muy pronunciado giro en el modo de abordar el tema por parte de la coalición que accedió al poder en marzo de 2022. En el programa de gobierno de las actuales autoridades, la agenda de seguridad solo ocupó un papel secundario (páginas 209-2015) y es dominada por la refundación de las policías. En el documento de 227 páginas solo se menciona una vez la palabra “delincuencia” y cinco veces las palabras “crimen organizado”. Los (...)