La libertad en reversa

La libertad avanza fue el slogan de Milei y la motosierra uno de los símbolos de campaña. Podar, cortar, amputar fueron los verbos asociados a las promesas que apuntaban contra el Estado y la casta política en sus performáticas apariciones. Mientras tanto, en Chile, algunos repiten como un mantra: “Esto no sucedería aquí”.

Al ver a Javier Milei motosierra en mano, la asociación más inmediata que surge es cinematográfica. Como no recordar Caracortada, de Brian de Palma. Y sobre todo, Leatherface, el desquiciado personaje de La Masacre de Texas, una película de bajo presupuesto de 1974, que dio origen a ocho secuelas, la última estrenada, justamente, en 2023. No voy a contar el argumento porque podrán imaginarlo, pero también porque la pregunta es otra: ¿Por qué un candidato presidencial y sus asesores, escogen una imagen de campaña que puede producir esas, o peores, asociaciones? Y, ¿qué tipo de libertad es aquella que puede ser representada por una motosierra?

Más allá de la violencia de la imagen, es evidente que ella canaliza un malestar, una rabia, el miedo. Sentimientos que atraviesan a la sociedad argentina. En ese sentido puede ser catártica. Milei promete terminar con la crisis económica, la corrupción y la inseguridad, y establecer el reino de la libertad a través de la eliminación de los obstáculos que identifican con el Estado y ciertos consensos democráticos y progresistas. Ahí, es donde la motosierra entra en escena. Porque según la concepción de El loco –como lo apoda su biógrafo–, la libertad es pura ausencia de interferencias al mercado y a la acción de los individuos, entendidos como consumidores, por una parte, y proveedores de fuerza de trabajo por la otra.

En un universo no tan distante, los republicanos chilenos, con José Antonio Kast de anfitrión, ofrecieron una gran recepción a Milei y a sus ideas durante su visita relámpago al país. Pero no solo ellos. Sebastián Piñera, representante de esa derecha que en los noventa prometía una “renovación” del sector, suscribió, junto a otros ex mandatarios latinoamericanos, una declaración de apoyo a la candidatura de Milei. Y en este alineamiento, la mal llamada derecha “liberal” o “social”, que hasta hace poco tiempo aspiraba a reconfigurar el centro, ha hecho naufragar su propósito al apoyar el proyecto de nueva Constitución que lleva la marca indeleble del extremismo republicano y el pasado dictatorial.

Un caballito de (...)