Unidad: dos años decisivos

Los próximos dos años son decisivos para el asentamiento y eventual proyección de las propuestas transformadoras para Chile. Determinante es la eficiente gestión del gobierno, su capacidad de buscar acuerdos en la perspectiva de concretar sus dos reformas más probables, la de pensiones que signifique un aumento de estas para los actuales jubilados y los que vengan en los próximos años, y el pacto fiscal que permita recaudar más recursos para mejorar el sistema de salud. No es el programa de cambios profundos prometidos en la campaña, es lo posible en el marco de las correlaciones en el Congreso y lo alcanzable frente a una oposición que se inclina cada vez más hacia posiciones hegemonizadas por la ultraderecha.

El otro factor determinante es la unidad de propósitos de las fuerzas que apoyan al gobierno. Al respecto hay un camino ya iniciado que ofrece positivas expectativas. A dos años de iniciado el gobierno se ha ido consolidando la unidad de las dos coaliciones oficialistas. Socialismo Democrático juega un papel importante en la arquitectura gubernamental, en un equilibrio virtuoso con la izquierda agrupada en el Frente Amplio y el Partido Comunista. Las tensiones naturales en una coalición con dos almas no amenazan su futuro cercano, más bien se afianzan en un contexto de lucha política contra una derecha extrema

Más allá de los nuevos ciclos electorales que comienzan en algunas semanas en Chile, el ciclo largo de lucha política hay que estimarlo en unos diez o quince años, como sugiere Álvaro García Linera, uno de los intelectuales más importantes de la América Latina contemporánea. El tiempo en política es clave, y el plazo que propone el ex vicepresidente boliviano es lo que demorará la instalación de un nuevo orden global, proceso que está en pleno curso y cuyo punto de partida ha sido el agotamiento y declive del modelo neoliberal en los países del capitalismo central. Ello como consecuencia de las bajas tasas de ganancias que se arrastran desde (...)