Reacomodos en las derechas

En medio de la abundante hojarasca que produce cualquier negociación y configuración de candidaturas electorales para los comicios municipales de octubre, asoman también tendencias gruesas que subyacen en el proceso en curso y cuyas proyecciones se verán confirmadas o desmentidas por los resultados finales que indicarán cuánta población queda gobernada por tal o cual bloque, la fuerza real de cada partido y las proyecciones que se pueden hacer de los datos para la presidencial y parlamentaria del año próximo.

En este contexto el bloque de derechas, el sector más conservador que va desde el liberalismo -el clásico y el neoliberal- hasta la representación más extrema del sector republicano, saca cuentas favorables, como si fuera toda la oposición “sumable” o fuera homogénea en torno a un proyecto que ofrezca gobernanza y algo distinto a lo que ya fueron los gobiernos derechistas que lideró el fallecido expresidente Sebastián Piñera. Nada de eso está garantizado para las oposiciones de derechas, ni para la política -que es la que se mide en las elecciones- ni la económica, que tiene otras formas de expresarse pero que se hace escuchar cuando aprecia escenarios frágiles, como los que asoman en el campo conservador.

Las definiciones electorales de estas últimas semanas en comunas importantes como las capitales regionales y algunas de alto valor simbólico por su tamaño en población o lo que marca en el PIB, han dejado al descubierto las fisuras y contradicciones que habitan a las derechas. Particularmente tensas han sido las decisiones tomadas en Las Condes, donde su alcaldesa de la Unión Demócrata Independiente (UDI) terminó siendo desplazada por la ahora independiente, exUDI y muy cercana al ultraderechista Partido Republicano, Marcela Cubillos. La edil de Las Condes fue empujada al abismo por su propio sector, que pidió una investigación ante sospechas de irregularidades en la compra de terrenos para un consultorio y por lo que también la justicia ordenó el (...)